A la hora de
prevenir la gonorrea debemos tener en
cuenta que hay que actuar a dos niveles: controlando la resistencia a
los antibióticos de amplio espectro (tratan muchos tipos diferentes de
bacterias, incluso de familias o grupos distintos); y el control sobre
la propia transmisión de la bacteria.
- Prevención del contagio de la gonorrea mediante el uso de preservativo en las relaciones sexuales.
- Cuando un afectado es conocedor de padecer la gonorrea es
imprescindible que comunique la situación a sus parejas sexuales para
que éstas comprueben si han sido contagiadas y puedan tratarse y a la
vez evitar la propagación de la bacteria a otras parejas.
- No tener relaciones sexuales hasta que se haya concluido el tratamiento a seguir para curarse por completo de la gonorrea.
- Si sientes síntomas genitales como ardor o irritación al orinar,
secrecciones o úlceras consulta con tu médico por si se tratara de una enfermedad de transmisión sexual.
- Vigilancia de las autoridades sanitarias de los países en los que
la gonorrea es un problema de salud importante, para detectar la
aparición de las resistencias.
- Los profesionales sanitarios deberán estar al día de los
tratamientos que fallan, para no prescribirlos, impidiendo así que pueda
facilitarse la multi-resistencia (o la resistencia cruzada, es decir,
cuando la resistencia de una bacteria a un antibiótico le permite ser
resistente o mostrar menos sensibilidad a otro/s tratamiento/s).
Actualmente, la OMS tiene un programa de vigilancia para la gonorrea
(GASP, por sus siglas en inglés), que busca implantar estas medidas y
otras muchas con la mayor efectividad posible.
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